Le Vieux Castillon

En la Provenza, el umbral de lo que se considera «viejo» es bastante estricto. Le Vieux Castillon se encuentra en Castillon-du-Gard, un pueblo renacentista y en la finca del hotel hay alguna ruina del siglo X, que, según las normas locales, es lo debidamente vieja (aunque es bastante nueva, si la comparamos con el acueducto romano del puente del Gard, del que procede el nombre del pueblo).

Entre esas paredes de piedra se encuentra un hotel boutique encalado, minimalista, sorprendentemente moderno e impresionantemente lujoso. Las habitaciones, creadas por un arquitecto de interiores parisino, mezclan de forma natural un diseño contemporáneo y la arquitectura tradicional e incluyen comodidades como sistemas de sonido de Bose, productos de baño de L’Occitane y máquinas Nespresso.

La Table du Castillon es el restaurante del hotel y su diseño es aún más ligero y minimalista que el de las habitaciones, con un mobiliario contemporáneo y pocos cuadros que lo hacen parecer casi nórdico. También ofrece un spa (surtido por L’Occitane) que es un agradable añadido, al igual que la piscina exterior, impresionante de día, aunque lo es todavía más de noche, cuando se convierte en un cine al aire libre.