The Charles Hotel

The Charles es una rara avis: un hotel de la Ivy League enclavado entre Harvard y Radcliffe. Su exterior en ladrillo rojo le confiere un aspecto universitario, permitiéndole integrarse en el campus prácticamente a la perfección. Sin embargo, su interior no se asemeja en absoluto al estilo de un colegio mayor.
The Charles es típicamente bostoniano, con manzanas rojas en el mostrador de recepción, sofás en tonos burdeos, mobiliario de estilo Shaker, almohadas en tejido vaquero y jarrones con flores frescas en las habitaciones. En definitiva, lo suficientemente confortable para divas de todo tipo, desde Barbra Streisand hasta Christina Ricci. Por cierto, Barbra, tenemos buenas noticias: las paredes del Charles son increíblemente gruesas, así que si se queda en la suite presidencial podrá practicar sus dotes musicales durante toda la noche en el piano de media cola.
Si bien es fantástico durante todo el año, The Charles, como buen hotel norteamericano, se revaloriza en invierno: en esa época es cuando más se disfruta el ambiente acogedor del hotel, así como las pastas e infusiones que le ofrecerán al caer la noche. También hay una biblioteca con más de 500 libros, y el servicio de habitaciones adquirirá por usted todas las obras que desee en Wordsworth, la librería más cercana.
Los precios de The Charles son propios de la Ivy League, pero en ningún otro sitio se sentirá tan integrado en un escenario libresco y ligeramente presuntuoso. ¡Incluso le pondrán en contacto con un alumno para realizar una visita guiada por la universidad! Pero si lo que desea es una auténtica vivencia al estilo de Cambridge, no deje de tomar el brunch en Henrietta’s, donde verá a varios antiguos alumnos de Harvard y el MIT galardonados con un Nobel revelarse confidencias mientras degustan cereales y tortitas (David Mamet adora tanto este lugar que ha escrito un libro sobre él). Está garantizado: asistirá a algunas de las conversaciones más estimulantes de la costa Este antes de las diez de la mañana. Por cierto, la comida tampoco está nada mal...