Mandarin Oriental Boston

Puede que se haya hecho esperar, pero este nuevo Mandarin Oriental de la calle Boylston, en la selecta zona de Back Bay, era justo lo que Boston necesitaba. Lo que lo distingue de un mero alojamiento de negocios no es su lujo de primera categoría —en la ciudad ya hay unos cuantos hoteles así—, sino la exquisita minuciosidad de su estilo y su diseño.
Por eso el Mandarin Oriental tiene un ambiente animado del que pocos de los mejores hoteles de lujo pueden presumir. En los interiores se aprecia la influencia oriental del grupo Mandarin, mientras que el edificio luce un estilo moderno basado en la caliza y el ladrillo clásicos de Nueva Inglaterra. El estilo es lo suficientemente contemporáneo como para atraer a un público joven aficionado al diseño y lo bastante clásico como para gustar a los huéspedes más conservadores.
En cuanto a las ventajas más concretas, las habitaciones del Mandarin son enormes, tanto las camas como las bañeras, y sus comodidades son lo último. En un sitio así no podían faltar un par de restaurantes de primera categoría y un spa monumental con una entrada de piedra verde y casi 1.500 metros cuadrados de placeres por todo lo alto.