Tschuggen Grand Hotel

Después de pasar más de setenta años abriendo únicamente durante la temporada de esquí, la estación de esquí suiza de primera categoría de Arosa ya no está reservada exclusivamente para los esquiadores. El creciente interés que despierta el turismo deportivo ha permitido que zonas de montaña como la de Graubünden se conviertan en lugares de vacaciones durante todo el año y que hoteles como el Tschuggen Grand resulten más atractivos.

Su estilo no es el clásico de un chalet de montaña suizo. La silueta modernista del edificio principal es el resultado de una renovación de los años 60, y el nuevo spa, diseñado por el arquitecto Mario Botta, es, en cierto modo, una fantasía contemporánea, con unas buhardillas que parecen una flota de veleros en un lago alpino. De igual modo, los interiores lucen una contemporaneidad de líneas bien definidas a la par que agradable y reconfortante, con unos cabeceros que llegan hasta el techo, decorados con tejidos antiguos modernizados, y unos ventanales de los años 60 que enmarcan y realzan las vistas.

El spa es uno de los principales atractivos del hotel, y no solo por su arquitectura. En los meses en los que hace mejor tiempo constituye un destino vacacional en toda regla, y ¿quién se negaría a un buen baño o a un masaje después de una dura jornada de esquí? Entre las actividades que se pueden practicar al aire libre se cuentan el tenis, el senderismo, el ciclismo de montaña y el golf (el campo es el más alto de Europa). En resumidas cuentas, el Tschuggen Grand Hotel es un complejo hotelero suizo clásico, sin la decoración típica de un chalet de montaña, al que se puede hacer una escapada en otras temporadas aparte de la de invierno.