Hotel 717

Aquí no se cumplen ninguno de los grandes estereotipos de los hoteles holandeses (diseño modernista extravagante, pensiones para estudiantes con bajo presupuesto). El Hotel 717 no puede ser más tradicional, ni más lujoso. Cuenta con tan solo nueve habitaciones suntuosas (seis de ellas son suites), en una residencia histórica del siglo XIX desde la que se domina el Prinzengracht, todo ello con un diseño interior de estilo clásico.

En su publicidad, el Hotel 717 se autodescribe como “suites ejecutivas”, descripción que se queda muy corta, a menos que el gusto de los ejecutivos esté muy por encima de lo que todos sospechábamos. Estas suites parecen concebidas para una noche romántica, todas ellas con telas suntuosas, objetos clásicos de arte, equipos de sonido de última generación, enormes y lujosas camas, cuartos de bajo amplios y opulentos, repletos de productos Chopard.

Por supuesto, la intimidad y la discreción están al orden del día. En este hotel de 23 habitaciones se consigue una atención realmente personalizada. El suculento desayuno se puede disfrutar en el Living Room o, si hace bueno, fuera en el jardín. Y, después, es el momento de salir a la ciudad. No es un cinco estrellas, simplemente una residencia temporal digna de envidia y además bien ubicada, cerca de la Spiegelstraat, los museos y un número importante de cafés, bares y restaurantes.