Un magnífico ejemplo de cómo la constancia, el esfuerzo y el valor, a la hora de afrontar nuevos retos, te permiten crecer profesionalmente.
El restaurante, en un palacete del barrio de Ruzafa que se ha decorado con muchísimo encanto y personalidad, sorprende por la diversificación de su propuesta; no en vano, aunque el comedor principal está en el piso superior también presenta un coqueto jardín, dos atractivas mesas frente a la cocina y una terraza, sumamente agradable, para que los clientes puedan disfrutar en ella de la primera parte de la propuesta, tomar los aperitivos o hacer la sobremesa. La chef Begoña Rodrigo defiende varios menús degustación (Sangoreneta, Llauro Sangoreneta, Novençà, El Llauro), algunos de ellos vegetarianos, con esa elegancia y femineidad que la caracterizan, pero llevando siempre el trabajo con las verduras a otro nivel. ¡No puedes marcharte sin degustar La Tiara, uno de sus platos más representativos!