Hermitage Bay

Todas vacaciones idílicas en el Caribe han de cumplir ciertos requisitos: el follaje ha de ser verde, la arena, blanca y el azul del agua, casi fosforito. Los bungalós de lujo, las piscinas privadas y la gastronomía gourmet son unos detalles más excepcionales, aunque nada insignificantes, que hacen del Hermitage Bay uno de los destinos más atractivos de Antigua.
El secreto de este hotel de 30 cabañas, que se encuentra a treinta minutos en coche de St. John’s y del aeropuerto, es su paz, tranquilidad e intimidad. Las cabañas, con vistas a la larga e inmaculada playa, salpican la ladera de una colina hasta la costa y se comunican por senderos pavimentados y buggies motorizados, idóneos para quienes se toman su relajación muy en serio. De hecho, la especialidad del Hermitage Bay es garantizar la máxima relajación. Con una gobernanta personal, camareros junto a la playa y un spa a mano para aliviar cualquier tipo de tensión, el esfuerzo que tendrán que hacer los huéspedes será el mínimo.
Los interiores son contemporáneos y elegantes, con algunos detalles, como los postigos y las galerías de madera, que evocan la historia colonial de la isla y otros como la suntuosa ropa de cama blanca y el mobiliario de madera oscura. Las bañeras inmensas y las duchas al aire libre hacen del aseo todo un acontecimiento, y en las tumbonas particulares de la terraza los huéspedes disfrutan con la contemplación de las vistas panorámicas, sin otra interrupción que la de las aves tropicales.
Como es lógico, la playa es uno de los principales atractivos de este lugar, aunque si se cansa de estar tumbado en la arena todos los días, siempre puede explorar las cuevas y las calas de la zona en kayak. Si desea estar a solas con ese alguien tan especial, el Hermitage le ofrece excursiones privadas en barco a playas más apartadas, que incluyen cestas de picnic con productos autóctonos y la bebida que elijan los huéspedes.
Si bien es cierto que las tiendas y los restaurantes de Jolly Harbour sólo se encuentran a diez minutos en coche, el Hermitage Bay está pensado fundamentalmente para quienes desean escapar de todo. Las cabañas están equipadas con todo lujo de comodidades modernas, desde reproductor de DVD y televisor de pantalla plana hasta conexión inalámbrica a Internet y soporte para iPod. Así y todo, el principal atractivo de este hotel es la distancia a la que se encuentra —tanto literal como metafóricamente— del resto del mundo. Lo más duro de alojarse aquí, como en cualquier rinconcito isleño que se precie, es tener que irse.