The Breakers

Palm Beach no tiene nada que ver con ese Miami al que uno va a lucir palmito para tratar de salir en las páginas de la prensa rosa, y el majestuoso The Breakers ha sabido captar su esencia como ningún otro hotel de la zona. Este centenario hotel, que recrea el estilo de una villa renacentista italiana, comprende una propiedad de 57 hectáreas, que se extiende en primera línea de playa hacia el Atlántico, e incluye dos campos de golf, instalaciones de tenis, un spa de cerca de 1.860 metros cuadrados y un club de playa al estilo mediterráneo, en el que camareros de uniforme ofrecen toallas y bebidas a los huéspedes, mientras éstos descansan en cabañas junto al mar.
Las habitaciones, provistas de la elegancia y el sabor tradicional habituales de este lado del Atlántico, ofrecen todo tipo de comodidades, desde cuartos de baño de mármol y armarios italianos, hasta conexión a Internet de alta velocidad. Las habitaciones tienen vistas al campo de golf, a los jardines o al océano, aunque éstas últimas suelen corresponder a los balcones privados del hotel.
El hotel se caracteriza por su indudable lujo tradicional. No hace mucho que dejó de ser obligatorio para los hombres llevar chaqueta y corbata a partir de las siete de la tarde, aunque tampoco es que los huéspedes del The Breakers corrieran a ponerse camisetas y chanclas. No obstante, si echa de menos ese ambiente de antaño, ligeramente más exclusivo, siempre le queda el Flager Club, un edificio aparte, en el que se ofrecen servicios de conserjería personales e instalaciones privadas.
Podrá degustar distintos tipos de cocina en diez restaurantes diferentes: desde los clásicos mariscos y bistecs norteamericanos hasta las especialidades francesas del L'Escalier, uno de los restaurantes más selectos de Palm Beach. Estas son algunas de las actividades de ocio que se ofrecen: tratamientos en el spa, tenis y golf, todo tipo de deportes acuáticos y grandes clásicos como el croquet, la herradura y el tejo.