Waldorf Astoria Las Vegas

No hay muchos lugares en los que un hotel de lujo de tanta categoría como el Waldorf Astoria parecería inusitadamente sobrio, y el parque temático vinculado al desierto que representa Las Vegas es uno de ellos. El diseño modernista de líneas bien definidas y el servicio profesional y discreto de la marca resultan atractivos en cualquier lugar del mundo, pero aquí constituyen una auténtica bocanada de aire fresco que cambiará la imagen que muchos huéspedes tienen de Las Vegas: en lugar de maravillosa e incongruentemente kitsch, será simplemente maravillosa.


Este, que para nosotros es un hotel grande, es un sitio relativamente íntimo para Las Vegas. Adam D. Tihany ha diseñado estas 392 habitaciones, que son bien representativas de su elegancia y discreción distintivas. Las de menor categoría son más pequeñas, pero al llegar a las suites ya estamos hablando de casi 93 metros cuadrados, y las vistas a la Strip —por muy disparatada que resulte la céntrica avenida de Las Vegas— son espectaculares.


El hotel no tiene casino, un detalle que gustará mucho a un segmento determinado de la clientela. Al spa de talla mundial se suma un restaurante exclusivo, el Twist, en el que se sirven los platos originales y modernos del eminente chef francés Pierre Gagnaire. El Waldorf Astoria ya es de por sí un hotel impresionante, y como punto de partida para descubrir Las Vegas (y después huir de la ciudad), es una genialidad.