Soneva Fushi

Las Maldivas son una rareza de la naturaleza, un extenso archipiélago de miles de islas diminutas que parecen diseñadas expresamente para el turismo. La isla en la que se encuentra el Soneva Fushi bien podría ser el destino turístico arquetípico de las Maldivas, con su maravillosa playa de arena blanca que se extiende en torno a una pequeña selva y domina las aguas cristalinas del océano Índico, de fama internacional en el mundo del submarinismo y el buceo.
Pese a las dimensiones de este complejo hotelero, el Soneva Fushi ofrece una gran intimidad. Las más de sesenta villas de tejados de paja se ocultan por toda la costa en el follaje que traza los límites de la selva y los propietarios privados tratan de crear un ambiente informal: durante su estancia, no llevará zapatos.
Todos los tipos de alojamiento son lujosos, aunque en un estilo tradicional. Las comodidades modernas, como los equipos de música y los televisores con reproductores de CD y DVD respectivamente, no están a la vista y se ofrecen habitaciones de todos los tamaños con salones exteriores y cuartos de baño interiores o exteriores. Lo que se pretende en Soneva Fushi es ofrecer una especie de experiencia es como si cada villa se encontrara en una isla desierta privada, con su propia playa de arena blanca a sólo unos pasos.
Sin embargo, no le quepa la menor duda de que no será el único habitante de la isla. Un centro de submarinismo de talla mundial ofrece clases y el equipo necesario a quienes hayan venido a explorar la vida marina, pero también hay instalaciones con spa y gimnasio para quienes prefieran quedarse en tierra firme. El complejo hotelero tiene dos bares, aunque uno de ellos sólo abre al atardecer, y dos restaurantes que ofrecen unas especialidades asiáticas o mediterráneas exquisitas, además de una nutrida carta de vinos. Si desea un lugar aún más íntimo, le llevarán a una recóndita isla privada, en la que podrá disfrutar de un picnic especial: toda una experiencia.