Con su nombre hace un sutil homenaje fonético a Francesc Cambó, fundador del histórico edificio donde se encuentra. El restaurante ofrece tapas y platillos, para compartir, que ponen en valor el producto de calidad y la cocina de proximidad, todo ello acompañado de un cuidado maridaje gracias a una extensa bodega, con más de 150 referencias de vinos seleccionados. En lo estético, se distingue por su elegante decoración de estilo mediterráneo, con detalles decorativos inspirados en el modernismo catalán, grandes ventanales que inundan el espacio de luz natural y un ambiente acogedor que... ¡invita a disfrutar!