1. Riad Sakkan - Marrakech, Marruecos
Perderse por la medina de Marrakech es, en cierto modo, realizar un viaje en el tiempo, pero también sumergirse en una ciudad viva y en constante evolución. Y si esto es cierto en general, quizá lo sea aún más en Mouassine: la zona de la medina en la que se encuentra el Riad Sakkan y la que ofrece la cara más glamurosa y a la última de Marrakech. De ahí que el Riad Sakkan sea, comparado con la mayoría de los demás hoteles tipo riad, tan sorprendentemente contemporáneo.
2. Villa Nai 3.3 - Dugi Otok, Croacia
Puede que Croacia no tenga tantos hoteles fuera de serie como Italia, su vecina del otro lado del Adriático, pero si nos atenemos a la calidad y el diseño, hay que reconocer que sus mejores hoteles figuran entre los más sorprendentes e inspiradores del mundo. Es el caso del Villa Nai 3.3: proyectado por el arquitecto Nikola Bašić, para su construcción se ha excavado una de las laderas de la isla de Dugi Otok, de cuyo interior proviene la piedra que hoy cubre sus discretas fachadas.
3. Pendry Park City - Park City, Utah/EEUU
Puede que la revolución de los hoteles boutique haya tardado un tiempo en llegar a las estaciones de esquí de Estados Unidos, pero hoy ya podemos decir sin miedo a equivocarnos que es una realidad. El primer resort de montaña de Pendry –la marca de Montage International orientada al diseño– es el Pendry Park City, hoy por hoy el resort más elegante de todo Park City y la opción más lujosa del área de Canyons Village.
4. Mercure Fabryczna City - Cracovia, Polonia
Si Cracovia, la segunda ciudad de Polonia, es tan única y pintoresca es por su impresionante e irrepetible legado histórico. Tanto es así, que sería absurdo que un hotel de lujo intentara competir con la ciudad adoptando una estética antigua. Es pues mucho más sensato que un hotel como el Mercure Kraków Fabryczna City haya optado por un estilo más contemporáneo e internacional y dejado el esplendor histórico al resto de la ciudad.
5. Tenuta San Masseo - Asís, Italia
A las afueras de Asís, en plena campiña umbra y con vistas a la colina sobre la que se asienta la ciudad medieval, la Tenuta San Masseo es un clásico de ese género en el que nadie supera a Italia: el de los agroturismos compuestos por pocas habitaciones –siete en este caso– y dotados de todos los ingredientes necesarios para convertir una estancia en una casa de campo en una experiencia tan idílica que roza lo irreal.
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