The Dolder Grand

El hotel centenario Dolder Grand ya era impresionante antes de ser renovado a fondo por el arquitecto británico Norman Foster, pero ahora pertenece directamente a otra categoría. El proyecto no ha consistido en una mera renovación de los interiores de un hotel antiguo, sino en una remodelación exhaustiva, que incluía una nueva construcción llamativa y contemporánea, edificada en torno al antiguo château con torrecillas.

Los interiores casi están irreconocibles. Tanto las habitaciones del edificio principal como las de las nuevas alas son amplias, su diseño es sobrio y contemporáneo, y los servicios están a la última, incluidos los inmensos cuartos de baño de mármol. El hotel no es rabiosamente moderno ni atrevido, pero tampoco es un hotel de negocios anodino; podría ser lo último en hotelería de lujo de primera categoría.

El objetivo es ofrecer una especie de «complejo hotelero en la ciudad», y su ubicación en lo alto de una colina, a poca distancia del centro de Zúrich, ayuda a que parezca un sitio apartado (aunque solo se encuentre a unos minutos en taxi del centro de la ciudad). El inmenso centro de salud y spa contribuye a este ambiente y hay suficientes restaurantes y bares —incluido el restaurante con dos estrellas MICHELIN del chef Heiko Nieder— como para que no tengas que salir del Dolder si no deseas hacerlo.

Y si el estilo y el lujo de las habitaciones y suites de siempre ya son extraordinarios, los de las suites exclusivas son realmente espectaculares. Cada una de ellas es obra de un diseñador diferente, pero todas tienen cientos de metros cuadrados y detalles de lujo, como las duchas de vapor y las bañeras de hidromasaje, y en una hay hasta un piano de cola. No sería una exageración decir que estas suites se cuentan entre las más impresionantes que hemos visto.