The Ashbee Hotel

Construido a unos pasos de las ruinas de un antiguo anfiteatro griego de Taormina y encaramado en un acantilado con vistas al mar Jónico, con un jardín lleno de árboles de cítricos, puede parecer que el Ashbee insista demasiado en su carácter siciliano, es decir demasiado fiel a su esencia, si no fuera, por supuesto, por su patrimonio inglés. En su lugar, vez ha adquirido una dosis de excentricidad encantadora por ser la antigua residencia de un coronel británico que se jubiló aquí en la primera década del siglo XX. Es una excentricidad sutil que el hotel ha conservado sin ser demasiado servil a su historia. Más bien todo lo contrario: el hotel presenta un aspecto meticulosamente actualizado y parece de reciente construcción.

Diseñado por Rober Charles Ashbee, un arquitecto del movimiento ingles Arts & Crafts de William Morris, y más tarde renombrado con el nombre de este, las 24 habitaciones del Ashbee son únicas, cada una adornada con una mezcla de muebles antiguos y contemporáneos para coincidir con el arte alrededor. Muchas de las suites cuentan con terrazas privadas y alcobas junto a las ventanas con vistas hacia los jardines y hacia la extensa costa. Y si acaso la mención del movimiento Arts & Crafts evoca la imagen de enredaderas floridas y pajaritos flotando por las nubes, ten por seguro que el color dominante de los interiores del Ashbee es un blanco vivaz que está intensificado por el resplandor del sol mediterráneo —paredes blancas, cortinas blancas, ropa de cama blanca— con un toque de color de vez en cuando en forma de una silla de felpa púrpura o un jarrón lleno de flores frescas.

Hay mucho que decir acerca del Ashbee y su ubicación, a pocos pasos de la multitud de restaurantes y tiendas del centro de Taormina y a solo un traslado en barco de la playa de Isola Bella, pero no sería justo dejar de mencionar la piscina del hotel. Ubicada justo debajo de una amplia terraza con vistas espectaculares de la costa y rodeada de palmeras, la piscina, con sus aguas turquesas y su borde infinito, parece caer en cascada lentamente hacia el mar Jónico y hacia su entorno mediterráneo. Sin duda se trata de una residencia antigua en un destino turístico de renombre.

Nota: El Ashbee Hotel cierra sus puertas anualmente, de febrero a finales de marzo.