The LINE Hotel Los Angeles

Uno de los primeros efectos que tuvo la apertura del LINE Hotel en su emblemática torre de estilo moderno en pleno Wilshire Boulevard fue el de colocar la zona de Koreatown, adyacente al centro de la ciudad, en el radar de muchos viajeros que de otra manera se habrían alojado en otro lugar. También puso en el mapa a la recién estrenada marca Line. Años después, el LINE se ha convertido en uno de los referentes obligados del panorama de la hostelería boutique de Los Ángeles, ya que sus elegantes habitaciones minimalistas y sus animadas zonas comunes no tardaron en ganarse la consideración de icónicos.

En los interiores, del diseñador local Sean Knibb, el hormigón visto y el rigor geométrico contrastan con una paleta de colores contemporáneos, unos muebles exclusivos y una inesperada presencia de lo vegetal. Y aunque las habitaciones estén por debajo de la extravagancia de los hoteles de lujo, son tan cómodas como llamativas y, en el caso de las que dan al norte, ofrecen espectaculares vistas de Hollywood Hills a través de sus ventanales.

No menos importancia tienen sus bares y restaurantes, los cuales han seguido evolucionando significativamente: el Openaire ocupa un deslumbrante espacio a modo de invernadero en la segunda planta, mientras que el Citrin sirve sus propuestas junto a la piscina y en el bar del vestíbulo. Un café by Alfred Coffee y una tienda de diseño del dúo local Poketo completan el paquete. Y es que no hay nada como The LINE para empezar a familiarizarse con la escena creativa contemporánea de Los Ángeles.