The Franklin London - Starhotels Collezione

Es imposible hablar del Franklin sin mencionar a Anouska Hempel, la hotelera y diseñadora (además de todo un personaje) responsable de algunos de los primeros hoteles boutique de la capital británica. Casi cuatro décadas después de su primera creación, Hempel ha dejado su huella en la renovación y reapertura del Franklin, acondicionado en una hilera de adosados victorianos y situado en la frontera poco definida entre Knightsbridge y Chelsea, un emplazamiento muy chic para un hotel boutique que opta por un lujo sin complicaciones.
En esta ocasión, los propietarios son italianos, de ahí ese toque de calidez que contrasta con el carácter inconfundiblemente inglés de estas casas de ladrillo rojo. Al entrar en la habitación te hallarás de lleno en el universo de Hempel, donde todo es acogedoramente oscuro, asombrosamente monocromático y agradablemente sexy. Pero la estética no lo es todo. La ropa de cama Frette, los artículos de baño Penhaligon y los teléfonos Jenson dejan bien claro que también las comodidades han sido cuidadas al detalle. La cocina, por suerte, también llegó con los propietarios: todo, desde el desayuno hasta la cena, tiene sabor italiano gracias al buen hacer del chef Alfredo Russo, galardonado con una estrella Michelin.
En definitiva, el hotel no aspira a revolucionar la escena boutique, sino a cumplir con creces el objetivo que se ha marcado: ser un hotel discreto pero lujoso en un selecto barrio residencial, no lejos de los monumentos y las tiendas de Knightsbridge y sus alrededores. Y en una ciudad a la que en ocasiones se le puede recriminar que tenga más dinero que gusto, siempre es un placer recomendar un hotel que derrocha lo segundo.