The Roseate Edinburgh

A solo diez minutos al oeste del centro de Edimburgo te aguarda un hotel que de hotel tiene más bien poco. El Roseate Edinburgh son un par de casas neoclásicas de época victoriana, situadas una enfrente de la otra y divididas en 35 habitaciones. Hemos visto hoteles más pequeños, pero es raro que uno urbano recree en sus habitaciones la atmósfera de un dormitorio clásico de campo de forma tan lograda. Los dueños son de las Islas Orcadas y se ve que han traído consigo buena parte del encanto de las islas del norte: lo único que falta son las vistas al mar.

Aunque las casas están muy bien conservadas, los dueños no han escatimado en los interiores. Una profunda renovación ha dotado al Roseate Edinburgh de un aspecto tan elegante que bien podría estar en cualquier ciudad de Europa, aunque conservando, eso sí, un look inconfundiblemente escocés. La estética se decanta más por el lujo y la contemporaneidad que por el estricto respeto de lo histórico, lo cual, en el fondo, tampoco está tan mal. Los equipamientos son de primera e incluyen desde lujosas camas hechas a mano de la casa Vispring a artículos de tocador de la marca Noble Isle, pasando por Smart TV y máquinas Nespresso. Si todo lo que necesitas es un lugar lujoso pero acogedor para relajarte, reserva una habitación Luxury Wee Double. Si en cambio prefieres disponer de más espacio y de, por ejemplo, una bañera exenta, quizá sea mejor optar por la suite.

A un hotel de este tamaño podría pedírsele un bar de autoservicio y poco más. Aun así, el Ba'Bar es una impecable sala con servicio ininterrumpido y una surtidísima bodega de whiskies, una larga lista de ginebras artesanales y propuestas de cocina escocesa moderna como las vieiras de las Orcadas o la clásica sopa Cullen Skink.