The Gleneagles Hotel

En la primera mitad del siglo XX, hubo un tiempo en el que alojarse en el Gleneagles era una anotación obligatoria en la agenda social de cualquiera: de hecho, antes de 1982, el hotel solo abría durante el verano, cuando la beautiful people se proponía aventurarse viajando hacia el norte desde Londres para pasar unas vacaciones jugando al golf en Escocia. Naturalmente, el sector turístico ha evolucionado con el tiempo, y el Gleneagles también ha cambiado: ahora el hotel abre todo el año y la élite de la sociedad londinense puede codearse con entusiastas del golf cada vez más internacionales.

Puede que su gran tamaño y su fuerte sentido de la tradición te intimiden un poco, pero en realidad el Gleneagles no es más formal que cualquier club de campo privado, y la hospitalidad escocesa que te brindará el personal es cálida y humana, en ningún caso brusca. Las habitaciones están decoradas predominantemente con el estilo típico de los hoteles escoceses, con colores tenues mínimos, ricas antigüedades y tejidos que crean un extraño contraste: una mezcla de la opulencia del viejo mundo y el Zen moderno.

El Gleneagles dispone de tres restaurantes, entre los que se incluye el de Andrew Fairlie, galardonado con estrellas de la Guía MICHELIN, y en el que la cocina es «descaradamente francesa, pero con un toque escocés». Si, por el contrario, andas en busca de una gastronomía descaradamente escocesa, visita el Strathearn, pero no olvides dejar los vaqueros en la habitación porque en él te exigirán que lleves una indumentaria formal. El Dormy, más informal, ofrece vistas a los circuitos de golf y The Club es la alternativa divertida y contemporánea.

El golf, como es natural, es uno de los grandes atractivos del Gleneagles, aunque los que no sean aficionados a este deporte verán que el hotel en sí es delicioso. El Circuito del Rey data de 1919, y todos sus hoyos reciben nombres en el impenetrable dialecto escocés, como por ejemplo el Het Girdle (que aparentemente significa «Cacerola Caliente»). El Circuito de la Reina es famoso por su singular belleza, aunque no pienses que por ello es lo que se dice fácil. Y el Pequeño Circuito, es, efectivamente, pequeño: un Par 3 de nueve hoyos.
No obstante, la joya de la corona es el Circuito del Centenario PGA diseñado por Jack Nicklaus. Naturalmente, se trata de un circuito extremadamente complejo, con vistas y obstáculos espectaculares, y se encuentra sobre lo que Nicklaus definió como «el mejor terreno con el que he tenido la oportunidad de trabajar». Después de todo, teniendo en cuenta que esta es la tierra en la que nació el golf, no cabría esperar menos.

Indicaciones para llegar al hotel:
El Gleneagles se encuentra en pleno centro de Escocia, en la punta norte de un triángulo que forma con Glasgow y Edimburgo en los ángulos inferiores. Es decir, que se encuentra a aproximadamente 80 kilómetros al nordeste de Glasgow y a la misma distancia al noroeste de Edimburgo. En el hotel podrás contratar servicio de chófer y de alquiler de coche para llegar hasta cualquiera de estos aeropuertos. Existe una estación de tren de Gleneagles en la línea principal Londres-Inverness, y desde allí también se puede contratar un servicio de traslado al hotel. Incluso se puede aterrizar con un helicóptero en el alojamiento.