El chef al frente, Bret Fernández, define conceptualmente su propuesta como... "fiesta, lujuria y satisfacción". Lo cierto es que este restaurante, ubicado en una calle peatonal del casco viejo y oculto bajo un término que significa "salsa", se presenta con un bar de tapeo donde podemos ver citas de grandes escritores gallegos y un cuidado comedor de ambiente rústico en el piso superior, este último con una gran cámara de maduración. Completa carta de tinte actual, con detalles de fusión, que demuestra buen nivel en carnes bovinas (Frisona, Rubia gallega...) y pescados (tanto enteros como al corte, todos a la brasa), ofreciendo también un apartado de sugerencias del día.