Se alza aislada en plena Costa da Morte, frente al Atlántico, y es una de esas casas que ha vivido un relevo generacional; de hecho, ahora está llevada con mimo entre Eva Fares, que ejerce como jefa de cocina, y Xurxo Agrasar, al frente tanto de la parte dulce como de la sala y la sumillería.
La propuesta gastronómica se compone de un menú degustación, en base a productos de temporada, que exalta la excelencia de los productos gallegos desde un punto de vista actual (nos ha gustado mucho su Salmonete, pil-pil de algas y guisante lagrima de Coristanco), así como un menú-carta con sus platos clásicos de siempre, pescados del día, arroces.... Todas las mesas disfrutan de mágicas vistas, pero recomendamos que reserves las ubicadas junto a los ventanales para que contemples, aún mejor, los acantilados y el vivo oleaje del océano. Hablando desde el romanticismo, se suelen referir a sí mismos como... "el refugio del fin del mundo". ¡También disponen de unas coquetas habitaciones!