En el tranquilo barrio de Villa Devoto, conocido popularmente como "el jardín de la ciudad" por tener sus calles notablemente arboladas, encontrarás un restaurante diferente y no exento de historia, pues ocupa la antigua panadería de la familia Bottazzini, que conquistó a los vecinos desde que abrió sus puertas en 1903. El local, que conserva su peculiar exterior y una enorme barra de madera donde se puede comer o tomar un trago, preserva su estética industrial original, con las viejas paredes en ladrillo visto, un gran horno de pan y alguna máquina de hierro que se utilizaba para amasar. La propuesta, que sorprende con un apartado especial dedicado al mundo del pan (ofrecen seis variedades artesanales diferentes: Raíx, Telar, Arachí, Sol de Mayo, Luna Cacao y Asadas), es la propia de una cocina actual con base argentina y latinoamericana. ¿Un plato curioso? El que llaman Churro, hecho con la masa del mismo, palta de aguacate con cebolla y tartar tanto de pesca como de langostinos.