Instalado en un bucólico caserío de 1650 que primero funcionó como ferrería (dicen que aquí, además de anclas, armas y aperos de labranza, hacían grilletes de gran calidad para los presos, los mismos a los que se refirió Shakespeare, bajo el término Bilboes, en las páginas de Hamlet) y después como molino harinero de maíz. Sorprende con un interior de hermosa rusticidad (usan una cocina de leña antigua como barra y otra, en la sala, como calefacción) y una propuesta actual-casera en la que no falta algún que otro detalle creativo. Consulta los pescados del día y empieza pidiendo su Pulpo asado sobre parmentier de patata ratte, pues tiene un sabor espectacular.