The Hoxton, Chicago

Cuando se inauguró el primer Hoxton, parecía que el concepto era inseparable del barrio del este londinense que le da nombre. Sin embargo, su posterior expansión por Inglaterra, Europa y ahora Estados Unidos deja claro que es un concepto que se exporta bien. La zona de Fulton Market de Chicago es el tipo de entorno postindustrial que se adapta perfectamente a su estética de hotel boutique del s. XXI: aquí se encontraba la planta de procesamiento de carnes en desuso que, tras su transformación, se ha convertido en el hotel de Hoxton de Chicago. El estudio local de arquitectura GREC y los interioristas especializados en hostelería de AvroKO han trabajado junto con el Ennismore Design Studio, el departamento creativo del grupo Hoxton, para dar vida a un conjunto que, además de resultar muy fotogénico para Instagram, supera con nota un examen más pormenorizado. Sus habitaciones –repartidas entre las categorías Snug, Cosy y Roomy– hacen olvidar lo reducido de sus dimensiones (dentro de lo razonable) gracias a elementos de gran impacto visual como los accesorios en latón, los cabeceros de cuero, la ropa de cama de diseño personalizado o los baños de mármol y azulejos. Y aunque el Hoxton no sea un hotel de lujo propiamente dicho, sus prestaciones son más que suficientes. Lo que realmente cuenta aquí es la vida social, y esta también es más que suficiente. El Cira, un restaurante mediterráneo de horario ininterrumpido, se completa con la Cabra Cevichería, con propuestas de inspiración peruana a degustar en el luminoso espacio de la azotea, y el Lazy Bird, un elegante bar de cócteles subterráneo, todos ellos a cargo del Boka Restaurant Group de Chicago. Si a esto sumamos el lounge del vestíbulo –ideal para una jornada de trabajo o una reunión informal– y la piscina de la azotea, quizá se le pase el día sin acordarse siquiera de salir…