The Siam

La familia que lo lleva tampoco es cualquier familia. Los Sukosol son una larga dinastía de músicos y artistas que, no sabemos muy bien cómo, encuentran tiempo para colaborar en la gestión de algunos hoteles de gran prestigio. Es obvio que están familiarizados con la hostelería de alta gama y que lo que aprenden en sus viajes lo vuelcan en sus hoteles.

Son conscientes, por ejemplo, de que el confort es fundamental, pero también de que, al final, lo que deja huella de un hotel es su carácter. The Siam es un retorno al periodo art decó de Bangkok, una recreación salpicada de detalles, muebles antiguos y abundantes referencias a la época colonial. Ahora que la tendencia minimalista en hostelería toca a su fin, lo que cuenta es lo que se puede tocar.

Pero que prime el carácter no quiere decir que se descuide el confort. La suite más básica mide unos 80 m² y dispone de lujosos y cómodos muebles, opulentos baños y servicio de mayordomo. A partir de ahí, las dimensiones se disparan y las villas –por no hablar del Connie's Cottage, la centenaria residencia insignia– alcanzan niveles de lujo y comodidad inimaginables.

También la ubicación convierte a The Siam en un lugar atípico. Este tranquilo rincón a orillas del río está un poco aislado, pero se supone que quien lo elige lo hace también por eso. El hotel dispone de un barco que trae y lleva a los huéspedes a través del río hasta el centro, aunque su oferta de ocio y restauración es suficiente para no tener que salir de él: bares, restaurantes, un spa y lo que se anuncia como el primer gimnasio de kickboxing Muay Thai de la ciudad (y por tanto, probablemente, del mundo).