The Peninsula Paris

Cuando un gigante del lujo como Peninsula se instala en París, el resultado sólo puede ser impresionante, empezando por su sede. Este edificio del s. XIX situado en el número 19 de la avenida Kléber –a medio camino entre el Arco de Triunfo y la plaza del Trocadero– ha sido restaurado a mano por 20 expertos canteros que le han devuelto su esplendor de época haussmanniana, desde los ornamentos neoclásicos de la fachada de la planta baja hasta la característica mansarda de la cubierta. La majestuosidad de su silueta es acorde a la suntuosidad de sus interiores, la cual logra que los equipamientos de vanguardia pasen casi desapercibidos. Es fácil imaginar en sus salones a los negociadores que en 1973 firmaron los acuerdos de paz de París –por los cuales se puso fin a la guerra de Vietnam– o, medio siglo antes, a Gershwin trabajando en la composición de Un americano en París.

Una de las características del estilo Peninsula es que su servicio se extiende más allá de los límites físicos del hotel. De esta manera, el Peninsula Paris dispone de una elegante flota de vehículos –incluidos un reluciente Rolls Royce Phantom II de 1934 y una peculiar furgoneta Citroën– que el huésped puede utilizar para participar, por ejemplo, en alguna de las actividades organizadas por la “Peninsula Academy”: paseo hasta la Ópera, experiencia VIP en Versalles o visita a un viñedo en pleno corazón de Champagne. Quienes prefieran tomar una copa o disfrutar de una comida in situ disponen de seis opciones a elegir, entre ellas el famoso L'Oiseau Blanc, un restaurante situado en la azotea e inspirado en la temática de la aviación cuya cubierta acristalada permite contemplar los monumentos más emblemáticos de la Ville Lumière. Los amantes de los puros, por su parte, disponen del bar Kléber, con revestimientos de madera y molduras meticulosamente restaurados.

Las estancias, realmente amplias y con gran protagonismo de los lacados y pinceladas en tonos crema y sepia, son la perfecta encarnación del lujo entendido a la manera clásica. Mientras que los dormitorios se adornan con vistosos cabeceros y elegantes lámparas, los baños de mármol cuentan con inodoros japoneses y artículos de alta gama. Unas tabletas personalizadas junto a la cama controlan todas las comodidades imaginables, incluido un dispositivo electrónico de última generación compuesto por televisor de pantalla plana, reproductor Blu-Ray, docking station y sistema de sonido integrado. Dicho esto, conviene salir de la habitación y explorar las instalaciones de bienestar: el complejo, con más de 1700 m2, garantiza la relajación y bienestar del huésped por todos los medios, incluyendo una piscina cubierta de 20 m con una cascada que cae desde el techo y varios jacuzzis.