Kimpton St-Honoré

Kimpton, la marca boutique del grupo hotelero IHG, sigue manteniendo pese a su globalización su predilección por los espacios singulares. Fiel a esta filosofía, el Kimpton St. Honoré de París no ocupa un edificio construido ad hoc, sino un magnífico inmueble modernista de 1917 situado a un paso de la Ópera Garnier. Se trata de un edificio muy llamativo, algo más ornamentado que sus vecinos, con detalles de color turquesa, cobre y oro. Dentro nos aguarda un interior actualizado (con todo respeto) por el diseñador parisino Charles Zana. El resultado es una combinación entre art decó y estilo contemporáneo que se suma al estilo modernista del edificio original. Una estética en suma elegante pero nunca austera, muy en consonancia con la identidad visual acogedora y antielitista de la marca Kimpton. Las habitaciones y suites vienen a ser una versión idealizada de la vida en un apartamento parisino, con tonalidades gema y un look más art decó que moderno. Con respecto a la superficie, sería exagerado calificarlas de palaciegas, pero aun así siguen siendo más que amplias para los estándares de los hoteles parisinos. Un spa gestionado en colaboración con la Maison Codage y una piscina interior recubierta de mosaicos acaban de aupar al Saint Honoré a la categoría de hotel boutique de lujo. En el restaurante, por su parte, han debido de pensar que no es precisamente cocina francesa lo que falta en París, por lo que ofrecen una propuesta de inspiración californiana con muchas opciones con protagonismo de lo vegetal.