Domaine de Manville

El trabajo ha sido impecable. Para empezar, los Saut crecieron en la zona, a medio camino entre Les Baux-de-Provence y Maussane-les-Alpilles, por lo que conocen a la perfección cada relieve rocoso, el interminable mar de viñas y la legendaria fertilidad de sus suelos. En todo caso, si el nuevo milenio (y sus tendencias en hotelería boutique) se manifiesta aquí, es en los interiores de las 39 habitaciones y villas. La estética, depurada pero no austera, combina muebles antiguos cuidadosamente escogidos con elementos y soluciones contemporáneas, como esas paredes pintadas en dos colores o los ventanales de suelo a techo. La luz del Mediterráneo, eterna fuente de inspiración para Van Gogh, se proyecta sobre los Alpilles y el delta del Ródano invitándonos a pasar una tranquila tarde contemplándola desde nuestro balcón o terraza. Otras opciones no menos tentadoras son una proyección privada en el pequeño cine de 10 plazas, una excursión por el campo con picnic final o unas horas experimentando los tratamientos que nos propone el spa.

La mesa, por si hiciera falta, nos recuerda oportunamente que seguimos en Francia: velas, blancos manteles y las exquisitas y equilibradas propuestas gastronómicas del hábil chef Lieven van Aken. Todo comienza con el desayuno, con dulces y mieles de producción casera servidos en el atrio, el cual funciona también como jardín de invierno y bar con música en directo los jueves y sábados. El Bistrot, por su parte, te permitirá reponer fuerzas antes de enfrentarte al campo de golf ecológico de 18 hoyos, diseñado en armonía con su entorno. En los alrededores te esperan asimismo nueve villas, opulentas a la vez que discretas, cada una con su propia bodega y cocina completamente equipada. Si te enamoras de una de ellas y quieres comprarla, siempre podrás ponerte en contacto con los Saut…

Cómo llegar: Le Domaine de Manville se encuentra a unos 61 km en coche del aeropuerto de Marsella Provenza por la A7, la A54 y la D17.