Hotel Caesar Augustus

Mucho se ha escrito sobre los complejos hoteleros de lujo de la isla de Capri, que han copado las portadas de miles de revistas. Sin embargo, todavía hay una parte de la isla que permanece ajena a las avalanchas de turistas que abarrotan los ferries y a las celebridades que posan para paparazzis en las inmediaciones del hotel Quisisana. Anacapri es el nombre del pueblo que se encuentra en lo alto de la colina, dominando el mar, y puede decirse que está por encima de todo tanto en sentido literal como figurado: es aquí donde acuden los viajeros que huyen de las multitudes y del turismo de masas.
Las vistas son el principal atractivo del hotel Caesar Augustus; al conocerlo uno no puede evitar pensar que César no se conformaría con un hotel en un acantilado a no ser que se encontrara a un mínimo de trescientos metros de altura sobre la Bahía de Nápoles. La piscina infinity es hoy un concepto conocido, que sin embargo recobra su encanto original en un lugar de altura como el Caesar Augustus, donde el huésped se sentirá como en el mismísimo Monte Vesuvio.
A pesar de su nombre, no nos encontramos en un lugar histórico decadente y anticuado, sino en un hotel completamente renovado, con amplios y modernos cuartos de baño. Las habitaciones están decoradas en un estilo clásico, aunque siempre luminoso y liviano y no recargado con antigüedades. Las instalaciones y los servicios del hotel son propios del siglo XXI. Ahora bien, es posible que todo esto le pase desapercibido, hechizado como quedará por las preciosas vistas que podrá contemplar desde el balcón de su habitación. El restaurante está situado en una terraza que domina la bahía y que sigue fiel a su cocina de siempre, que le ha valido una excelente reputación. Un lugar sin duda recomendable para todos aquellos que no tengan miedo a las alturas.