Hotel am Steinplatz

El hotel Am Steinplatz de Berlín, inaugurado en 1913, siempre ha tenido una reputación glamurosa, contando entre sus huéspedes más ilustres a Vladimir Nabokov y a Brigitte Bardot (por separado, a menos que haya una gran historia que desconozcamos). Un siglo después, esta joya del Modernismo vuelve a abrir sus puertas con el respaldo de una gran cadena, puesto que se trata de la primera incorporación alemana a la Autograph Collection de Marriott. Este selecto hotel inspirado en la década de 1920 es uno de los pocos capaces de convencer al viajero de salir de la zona de Mitte y reservar en Charlottenburg, un barrio relativamente residencial (y en plena expansión) de Berlín Oeste. Sus seis plantas cuidadosamente restauradas acogen 84 habitaciones y tres suites con todas las comodidades estándares –desde conexión wifi gratuita y TV de pantalla plana hasta ventanas insonorizadas y bases para iPod– y, justo es decirlo, más carácter del que cabría esperar: brillantes paneles de madera oscura, paredes curvas y coquetos detalles decorativos nos trasladan a los años de juventud del hotel, mientras que los envolventes cortinajes y las profundas bañeras son dignas de una estrella de cine francesa. Eso, a condición de que viajen ligeras de equipaje: las suites de categoría superior son amplias y elegantes, pero sin excesos. En la planta baja, el vestíbulo, con su elegante piano y su chimenea de mármol, rememora tiempos pasados. Pero en la última planta, el elegante spa y el gimnasio cuentan una historia muy diferente: nadie se confundiría de década haciendo jogging en una cinta de alta tecnología mientras contempla el skyline contemporáneo de la ciudad. El restaurante, por su parte, no es un restaurante de hotel al uso: su propuesta culinaria, una versión actualizada del recetario clásico berlinés con amplia presencia de las hierbas que se cultivan en el huerto del mismo hotel, es obra del chef Stefan Hartmann, galardonado con una estrella Michelin. Junto a este, el bar propone especialidades de la coctelería clásica elaboradas, en muchas ocasiones, con licores de elaboración local. En conjunto, entre legado histórico y renovación contemporánea, uno se pregunta qué nos estará reservando el grupo Marriott en otras partes del mundo.