Villa Gallici
En el Villa Gallici no hay dos habitaciones iguales, pero todas son espaciosas y lujosas, decoradas con ricas telas y recargados tapices. Abundan todo tipo de florituras, desde bañeras empotradas en grandiosos baños de mármol blanco hasta reproducciones de muebles y camas con dosel; las terrazas privadas y los balcones son generalizados. Y en el exterior, los jardines Florentine ofrecen un rincón de retiro sublime que, bajo las sombras de los cipreses, constituyen el lugar perfecto para desayunar o tomar el aperitivo.
Los huéspedes se relajan en la piscina durante todo el día, a la sombra de los sicomoros. Las comidas y cafés se sirven en los salones, con velas encendidas por la noche. En el edificio de al lado encontrarás uno de los mejores restaurantes de la ciudad, aunque estando tan cerca del centro la oferta es tal que no sabrás qué elegir. Aun así, te resultará difícil atreverte a dejar el Villa Gallici, ya que es comparable a un oasis, un tranquilo y sencillo lugar de retiro con un servicio afable que hace volver a innumerables clientes.
Localización
Puntuación y Reseñas de los Huéspedes
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