¡Asesorado por el mediático chef Jordi Cruz! El restaurante, que disfruta de un acceso independiente respecto al hotel Cram, presenta un espacio de espera donde tomamos los primeros aperitivos y, ya subiendo a la primera planta, una sala contemporánea que trasmite gran elegancia y sosiego, con llamativas lámparas de pie, detalles en madera y unos enormes cortinajes.
Desde los fogones se sigue la línea moderna-creativa marcada por el laureado cocinero; eso sí, sin estridencias, con mimo y cierta libertad. La propuesta, construida en torno a productos de mercado, ve la luz a través de un menú degustación en el que encontraremos tanto platos del triestrellado ABaC como otros de creación propia, siempre bajo la filosofía que marca la pauta en esta casa: "alta gastronomía de consumo cotidiano". ¿Un consejo? Deja sitio para el postre, pues es un apartado en el que suelen destacar jugando con sabores y texturas de todo tipo.